Nunca me importó perder, porque vivo con la esperanza de ganar.
Nunca me importó llorar, porque tengo mil y una sonrisas.
Nunca me importó mirar al pasado, porque se que lo que importa es el futuro y presente.
Nunca me importó perdonar, porque todo el mundo se equivoca.
Nunca me importó la belleza, porque la verdadera belleza no se ve a simple vista.
Nunca me importó caer, porque lo único que puedes hacer es levantarte.
Nunca me importó equivocarme, porque ante todo somos humanos.
Nunca me importó despedirme, porque amaba reencontrarme.
Nunca me importó no ver, ya que el amor es ciego.
Nunca me importó amar, pero te conocí.
Nunca me importó perderme, pero te encontré.
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